Estar demasiado apegados a los edificios, a los equipos e incluso a las personas se puede transformar en un impedimento para tomar buenas decisiones financieras y eso no es bueno para ningún negocio. Hacer que tu contador revise tus gastos trimestralmente puede llevarte a disminuir dramáticamente los gastos mensuales pues muchos pagan productos o servicios que ni siquiera usan, más aún cuando se trata de una suscripción mensual recurrente que muchas veces se olvida meses más tarde.
